Surgen muchas dudas a la hora de cuidar una nueva perforación. Esto es algo muy común, ya que cada persona da unas pautas distintas.
En este caso, os explicaré las mías y por qué no recomiendo otras.
¿Qué es realmente un piercing?
Lo primero que tenemos que entender es que un piercing es una herida en el cuerpo y es el propio cuerpo el que va a curarla. Nosotros solo podemos ayudar en este proceso con un trabajo de prevención, además de mantener el entorno de la herida limpio.
Voy a explicar el proceso que sigue el cuerpo para curar el piercing de manera muy resumida.
Primero: la piel es una protección del exterior al interior del cuerpo. Cuando hay una puerta de entrada al organismo, lo primero que hace el cuerpo es taparla rápidamente, como un “mal apaño”, lo que hace que puedan salir costras, que no son más que una protección natural del cuerpo. Después, empieza la construcción de la nueva piel, por debajo de esa costra y alrededor de la pieza, por eso no es de extrañar que un piercing sano supure líquidos, estos son parte del proceso de curación. Digamos que el cuerpo se va deshaciendo de lo que no necesita, hasta que finalmente el tejido que recubre la pieza está completamente creado y podemos decir que el piercing está curado. Este proceso puede tardar hasta años, dependiendo de una serie de factores del piercing: de los cuidados que se tomen, de la joya y de lo rápido que cure la persona.
¿Cómo prevenimos que se infecte?
Tenemos que hacernos a la idea de que el piercing debe estar como en su burbuja, ya que básicamente todo contacto es una posible fuente de infección, y esto incluye todo lo que se nos ocurra: manos sucias, auriculares, roces, … y, lógicamente, que otra persona lo toque.
Llegados a este punto surgirá la duda: Entonces, ¿Cómo lo curo?
Esta pregunta no me parece del todo correcta, ya que para mí es más una limpieza rutinaria que una cura. En mi opinión, la forma más sencilla es la siguiente:
Primero de todo, limpiarnos bien las manos (aunque sea con jabón neutro) y utilizar un par de bastoncillos, un par de gasas y suero fisiológico.
1º Cogemos el suero y empapamos la zona usando una gasa para no mojar todo.
2º Sujetamos la gasa, ya empapada, en la zona durante un minutito.
3º Secamos bien alrededor intentando no mover la pieza.
De esta explicación es probable que salgan las siguientes dudas:
¿Tengo que mover el piercing al limpiarlo?
No. Como hemos explicado antes, el cuerpo está construyendo el tejido nuevo y cuanto más lo movamos o molestemos, más dificultaremos el proceso de curación.
¿Cuántas veces/tiempo tengo que limpiarlo?
Entendiendo la limpieza como lo que es, para mí, lo ideal sería limpiarlo solo si visiblemente está sucio y hacer siempre hincapié en limpiar la pieza más que la propia herida. Pero, por norma general, limpiarlo el primer mes 1-2 veces al día debería ser suficiente y, a partir de ahí, lavarlo solo en la ducha.
El proceso de limpieza no termina, pero podemos ir descuidándolo a medida que el piercing supure menos líquidos de la curación. Aun así, mientras lo tengamos se ensuciará, claro.
¿Tengo que arrancar las costras que salgan?
No. Las costras son protecciones naturales del cuerpo. Siempre y cuando estén en la herida, yo no las tocaría.
A la hora de limpiar y humedecer la zona, si tienen que caerse, se caerán.
¿Puedo hacer el suero en casa mezclando agua y sal?
No. El suero tiene una concentración muy específica de sal y es muy probable que en el proceso de fabricarlo, aun haciéndolo bien, lo contaminemos. Además, con lo económico que es el suero que se vende no merece la pena.
¿Por qué suero y no jabón neutro?
El suero bien usado viene en botecitos estériles de un solo uso o en botes tipo spray que se mantienen estériles. Esto nos ayuda a limpiar sin contaminar la herida.
Por otro lado, el jabón está bien, pero el suero, al venir estéril, siempre va a ser un poquito mejor, aparte de que el jabón puede irritar la herida.
¿Puedo mojarlo en ducha, playa, piscina…?
Sí. En la ducha sin problema, aunque yo no lo remojaría en exceso y tampoco lo limpiaría mucho con jabón. Solo un poquito, lo que caiga.
Yo recomiendo durante el proceso de cicatrización (hasta que esté creado todo el tejido que recubre la herida) no mojarlo ni en playa ni piscina, pues, a parte de la irritación de la sal o el cloro, el agua no es estéril y está bastante contaminada. El riesgo de infección existe, y más si después nos estamos rebozando por la arena. En caso de mojarlo, recomendaría aclarar con suero y secarlo bien.
Aparte, es bastante común confundir el agua de mar con suero. Esto no es real, primero, por las proporciones de sal que pueda haber y luego, como ya he dicho, por que no es estéril por sí misma.
¿Cuánto tardará en estar curado?
No podemos saber con exactitud el tiempo que tardará en curar.
Esto se determina por muchos factores: tipo de material, tipo de pieza, la praxis a la hora de realizarlo, los cuidados y lo bien que cicatrice la persona.
Es raro hablar de un piercing cicatrizado completamente antes del primero año.
Los trucos que podemos utilizar para saber si está curado son, principalmente, que no duela, que no supure, que la piel se vea del mismo color que el resto y, además, por ejemplo, si tenemos pendientes curados de hace tiempo, podemos fijarnos en cómo se ven estos. Los piercings cicatrizados, suelen hacer una especie de surco hacia adentro y los que aún se mantienen en proceso de curación, están a ras del resto de piel o un poco inclinados hacia arriba, como un cráter.
Los piercings bucales
Vamos ahora a matizar un poco sobre los piercings bucales.
El proceso de curación es similar a lo que hablábamos antes. Quizá lo único que cambia es que dentro de la boca al tener la saliva no suelen generar costras.
También el proceso de cicatrización es mucho más rápido.
¿Cómo cuidar un piercing bucal?
En este punto vamos a referirnos a: piercing de lengua, labio, smile y web, que son los piercings bucales que yo realizo.
Lo más importante es tener una higiene corriente de la boca, es decir, lavarnos los dientes 2-3 veces al día y usar un enjuague bucal sin alcohol, ya que este puede irritar la herida. Podemos añadir, si queremos, un poco de limpieza con suero fisiológico en la herida, pero realmente con una higiene normal es suficiente.
La boca, siendo una entrada al cuerpo, está bastante preparada para luchar contra microorganismos, por lo que normalmente un exceso de limpieza lo que va a hacer es debilitar la flora bacteriana que esta tiene. Digamos que las bacterias “buenas” van a luchar contra las “malas”.
Referente sobre todo al piercing de la lengua, aunque también al de labio, suelen surgir las siguientes dudas:
¿Puedo fumar?
La gran pregunta. Realmente, si me preguntas si es bueno te voy a decir que no, pero si yo te pregunto si lo puedes dejar serás tú quien me diga que no, jaja. Entonces, mi recomendación es reducir el consumo lo máximo posible y no lavarnos de nuevo en exceso. Comúnmente, lo que se hace es usar enjuague bucal cada vez que se fuma y esto es, realmente, una barbaridad. Nos destrozaríamos la boca.
Fuma lo mínimo posible, lávate tus 2-3 veces al día y tu piercing debería curar, aunque tarde un poco más.
¿Puedo beber?
Esta es la otra típica gran pregunta.
Suelo responder que, mientras no seas alcohólico/a, beber, sobre todo bebidas destiladas (que son las que más irritarían la zona) de vez en cuando, no va a suponer un problema grave, pero por supuesto que el alcohol no es bueno para la herida, ya que puede irritar y producir sangrados por la vasodilatación.
Además, respecto al alcohol, pensad que nos estamos envenenando y todo eso el cuerpo lo refleja. No es raro ver que los piercings se ponen feos después de una borrachera.
¿Qué hay de los besos, sexo oral…?
Esta pregunta suelen hacerla menos (por vergüenza, imagino), pero sería casi de las más importantes. Con un piercing recién hecho (que además está supurando, etc.) yo trataría de no intercambiar fluidos con nadie y menos si es desconocido o desconocida. De nuevo, toda herida es una posible infección, por lo que hay que tratar de no exponernos a ese peligro.
Los piercings genitales
Y ya, para terminar, me gustaría hablar un poco de los piercings genitales.
En primer lugar, decir, de nuevo, que el proceso de curación es igual que el resto de piercings no bucales, incluso es más rápido gracias a la gran vascularización de estas zonas.
Es completamente normal tener sangrados un poco excesivos por lo mismo que acabo de explicar: la gran vascularización. Además de eso, en cuanto a los cuidados, como venía diciendo, no debemos exponernos a posibles infecciones.
Con los piercings que no tienen contacto directo en la penetración, por ejemplo: un piercing Cristina, no molestará; sin embargo, con los que tienen contacto directo, como pueda ser un Príncipe Alberto, tendremos que esperar bastante hasta poder tener penetraciones, y, aparte de las molestias, recomiendo, en cualquier caso, siempre usar condón. Puede parecer que se vaya a romper o que pueda molestar, pero no. Normalmente se adaptan genial y, estos, van a ayudar a que no se transmita ningún microorganismo a la herida.
También añadiría que es super importante contar con parejas de confianza a la hora de tener relaciones cuando tenemos un piercing genital nuevo. Probar, experimentar, etc. no sabemos qué nos va a molestar en el sexo, o sea que recomiendo llevar cuidado, al menos las primeras veces.